En agricultura, el acceso a la tierra y al agua es esencial. El agua por sus características de escasez, baja transferabilidad e imposible sustitución permanece frecuentemente sujeto a conflictos en las zonas áridas. En América Latina, los innumerables recursos hídricos resultan mal distribuidas y en consecuencia, amargamente disputadas. La posesión y el control de la hidráulica constituyen desde siglos algo de esencial para los distintos regímenes políticos como para las instituciones locales.
Durante los años ochenta, las políticas hidráulicas fueron influidas por normas internacionales, se aplicaron nuevos enfoques de gestión en las crisis económicas sucesivas. Estrategias progresivas de retirada económica y financiera por parte de los Estados se caracterizaron por delegaciones de servicio a instituciones descentralizadas públicas o privadas, o al recurso a un mercado de derechos de concesión.
En la última década un nuevo modelo de gestión basado en la gestión integrada de los recursos hidráulicos se impuso. Esta orientación basada en un referencial uniforme es resultante de una voluntad internacional de normalización de las prácticas que descalifica los usos tradicionales y a las instituciones locales existentes.
Referencias uniformes ante la diversidad de las situaciones hidráulicas de América Latina
N°10-03 Juin 2010