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Durante una gira de tres días por sendos países de Centroamérica los días 24-26 de marzo pasado, el presidente mexicano Vicente Fox relanzó formalmente el Plan Puebla Panamá (PPP), que en México había languidecido un año y medio, moribundo según algunos observadores, muerto ya según otros. Tras su lanzamiento con bombo y platillo a principios de 2001 al llegar Fox a la presidencia, el PPP sufrió en pocos meses, si no una muerte definitiva, entonces una parálisis prolongada en términos de las acciones oficialmente atribuidas a él, y un largo silencio de las dependencias oficiales respecto a su alcance real y su futuro previsorio.
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